Diseño obsoleto o poco atractivo
Si tu web parece anclada en el pasado, con una interfaz poco intuitiva o que no refleja la imagen actual de tu marca, es hora de un cambio. Un diseño web moderno es crucial para generar confianza y credibilidad.
No es responsive (adaptable a móviles)
Más de la mitad del tráfico web proviene de dispositivos móviles. Si tu web no se ve bien en smartphones y tablets, estás perdiendo una enorme cantidad de clientes potenciales.
Baja tasa de conversión
¿Recibes muchas visitas pero pocas consultas o ventas? Un rediseño web centrado en la conversión puede identificar y solucionar los puntos de fricción, optimizando los formularios, llamadas a la acción y el flujo de usuario.
Carga lenta
Los usuarios abandonan una web si tarda más de 3 segundos en cargar. Google también penaliza las webs lentas. Un rediseño web optimizado mejora drásticamente la velocidad, esencial para la experiencia del usuario y el SEO.
Funcionalidades limitadas o inexistentes
Tu web no te permite integrar nuevas funcionalidades (un blog, un sistema de reservas, una tienda online) o las que tiene no funcionan correctamente.